Palabra del diplomático: Mi país de nacionalidad es, y siempre será Francia. País de mi infancia, como se dice, país que extraño de vez en cuando, dónde están mi familia, mis amigos de siempre, mis recuerdos, una cultura mundialmente reconocida, un arte de mesa único en el mundo…
Cuando decidí irme de Francia para probar la aventura en Argentina, tenía un gran deseo de conectarme con otras personas, con otra cultura. El tiempo ha pasado y la nostalgia se ha ido sintiendo poco a poco, creo que es normal.
Cónsul Honorario de Francia
Qué podría ser más natural entonces, que aceptar la posición que me propusieron Cónsul Honorario en San Carlos de Bariloche, para representar a Francia aquí, en estas latitudes, para ayudar a los turistas franceses a visitar el sector y también para ayudar a la comunidad francófona presente en la Patagonia en sus trámites administrativos.
También es para mí, la oportunidad de agradecer a mi país, Francia, por su cultura, su propia identidad tan presente en todo el mundo… Por todos sus valores que, indirectamente, están arraigados en mí.
Gracias a mi función de Cónsul Honorario de Francia, bajo un amplísimo campo de acción que abarca las provincias de Río Negro, Chubut y Neuquén, así como en enlace con Chile, estoy en contacto permanente con las autoridades locales y pertenezco a una red consular. Somos 17 cónsules honorarios repartidos por todo el país. Todos nos conocemos, somos colegas y amigos con perfiles muy diferentes y bastante complementarios.
Para mi actividad como organizador de viajes, esto representa una gran ventaja, ya que si tiene algún problema durante su viaje/estadía, puedo intervenir y advertir a las autoridades interesadas de que podría ayudarlo de inmediato.
Vivir en la Patagonia y ejercer en el fin del mundo una misión general de apoyo a la acción diplomática, cultural y económica de Francia, tiene para mí una doble acción: promover a Francia en todas sus dimensiones y proclamarme «Embajador de la Patagonia», una región que conozco perfectamente.